Los traumatismos oculares pueden producirse por objetos afilados o romos.
Los traumatismos oculares por objetos punzantes pueden entrar en el ojo (traumatismos penetrantes oculares) o atravesar el ojo (traumatismos perforantes oculares).
También pueden quedar cuerpos extraños intraoculares dentro del ojo (CEIO) como balines, fragmentos metálicos, cristales o fragmentos de madera.
Otro tipo de traumatismo ocular es la rotura ocular, en la que debido a una presión elevada la pared del globo ocular se desgarra provocando la protrusión de tejidos intraoculares (rotura ocular). Esta rotura suele producirse a nivel de incisiones previas de cirugía ocular, en el limbo corneal, o en las inserciones de los músculos intraoculares.
El tratamiento es quirúrgico mediante reconstrucción de la pared ocular y vitrectomía.