La vitrectomía es una microcirugía en la que, a través de tres o cuatro microincisiones, se accede al interior del globo ocular para tratar patologías del vítreo y la retina.
El instrumental que se utiliza en la vitrectomía (micropinzas y microtijeras, endoluz, vitrectomo y endolaser) tiene un diámetro de 0.5 milímetros, por lo que en la mayoría de las ocasiones no es necesario suturar las incisiones y el paciente no tiene molestias postoperatorias.
La vitrectomía es una cirugía compleja, que debe ser realizada en exclusiva por un especialista en retina con experiencia para alcanzar los máximos niveles de seguridad.
La vitrectomía es un procedimiento ambulatorio, que se realiza bajo anestesia local con sedación. El paciente, aunque esté despierto, no siente dolor ni ve la cirugía que se le está practicando.
Si la intervención de vitrectomía se realiza por desprendimiento de retina, tras la cirugía se suele dejar gas intraocular, y el paciente deberá seguir una serie de consejos postoperatorios, como mantener una postura específica tras la cirugía (generalmente sólo durante 24 horas).
Si el paciente ha sido intervenido de vitrectomía por otra patología distinta al desprendimiento de retina, entonces se suele dejar suero intraocular que no requiere ningún tipo específico de postura del paciente tras la operación. Por tanto, en estos casos el postoperatorio es aún más confortable para el paciente.
Durante el postoperatorio, será necesario realizar visitas de seguimiento durante el primer mes, que serán menos frecuentes en los meses siguientes de acuerdo a los progresos individuales de cada paciente.
La cirugía de vitrectomía es muy segura en manos de un cirujano experto, y permite al paciente reanudar su actividades habituales en 7-14 días tras la intervención.